Cuando se detecta una infección por Helicobacter Pylori, lo más importante es iniciar un tratamiento adecuado. El objetivo no es solo aliviar los síntomas digestivos, sino también prevenir complicaciones a largo plazo como úlceras o, en algunos casos, incluso cáncer gástrico.
Aunque esta bacteria es muy común, (presente en más del 50% de la población) el tratamiento no es igual para todos. En adultos, hay distintos esquemas terapéuticos posibles y algunos cuidados clave que pueden marcar la diferencia en los resultados.
¿Por qué hay que tratar el Helicobacter pylori?
Muchas personas conviven con esta bacteria sin síntomas aparentes. Sin embargo, cuando se presentan molestias digestivas persistentes o se detectan lesiones en la mucosa gástrica (como gastritis o úlceras), el tratamiento se vuelve necesario. También se recomienda tratar la infección si existen antecedentes familiares de cáncer gástrico o si el paciente padece dispepsia funcional y se confirma la presencia de Helicobacter pylori mediante estudios específicos. Eliminar la bacteria ayuda no solo a reducir los síntomas sino también a prevenir complicaciones que pueden aparecer con el tiempo si no se actúa.
¿Cómo se detecta Helicobacter pylori?
Existen diferentes métodos para detectar la bacteria, como Test de Aliento, análisis de sangre y materia fecal, incluso métodos más invasivos como una videoendoscopía. En IGEA, realizamos Test de Aliento para detección de Helicobacter Pylori, utilizando tecnología única en la región. Este test tiene una alta tasa de efectividad, por lo que solo recurrimos a métodos endoscópicos de ser estrictamente necesario.
¿En qué consiste el tratamiento para Helicobacter pylori?
El tratamiento estándar para adultos suele incluir una combinación de antibióticos y medicamentos que disminuyen la acidez gástrica. Hay dos esquemas principales que se indican según el caso.
1. Terapia triple: Es la más común y consiste en:
• Dos antibióticos: generalmente amoxicilina y claritromicina (aunque en algunos casos puede usarse metronidazol).
• Un inhibidor de la bomba de protones (IBP): como omeprazol, esomeprazol o lansoprazol. Esta combinación ataca directamente a la bacteria y reduce la acidez estomacal para facilitar la acción de los antibióticos y favorecer la curación de la mucosa gástrica.
2. Terapia cuádruple: Se utiliza en casos donde falló el primer tratamiento o se sospecha resistencia a antibióticos. Incluye:
• Un IBP
• Dos antibióticos distintos a los utilizados en la primera línea
• Sales de bismuto (como subcitrato o subsalicilato de bismuto)
Este esquema tiene mayor eficacia en contextos donde la bacteria es más difícil de erradicar.
¿Cuánto tiempo dura el tratamiento?
El tratamiento suele durar entre 10 y 14 días, dependiendo del esquema y de la indicación médica. Es fundamental cumplir con la duración completa, incluso si los síntomas desaparecen antes. Suspender los medicamentos antes de tiempo puede reducir la eficacia del tratamiento y aumentar el riesgo de recaída o resistencia bacteriana.
Cuidados importantes durante el tratamiento
Más allá de tomar los medicamentos, hay ciertas recomendaciones que pueden ayudar a mejorar los resultados y evitar efectos adversos:
• No interrumpir el tratamiento: aunque los síntomas desaparezcan, es importante completar los días indicados por el médico.
• Evitar el alcohol y los antiinflamatorios: pueden irritar el estómago y disminuir la eficacia del tratamiento.
• Seguir una dieta suave: lo ideal es evitar comidas muy pesadas, picantes, ácidas o con cafeína durante esos días. • Consultar si aparecen efectos secundarios: algunos síntomas como náuseas, diarrea o sabor metálico pueden aparecer, pero si se vuelven intensos, conviene hablar con el médico.
¿Cómo se confirma que se eliminó la bacteria Helicobacter pylori?
Una vez finalizado el tratamiento, se recomienda esperar al menos 4 semanas para realizar un test de control. Generalmente se utiliza el test de aliento con urea marcada o un test en materia fecal. Las endoscopías no suelen repetirse a menos que haya una indicación específica.
Es importante hacer este control: muchas veces los síntomas mejoran, pero la bacteria no se eliminó del todo.
¿Qué ocurre si el tratamiento no funcionó?
Aunque los tratamientos son efectivos en la mayoría de los casos, hay situaciones donde la bacteria no se erradica completamente. Esto puede deberse a distintos motivos:
• Resistencia a uno o más antibióticos
• Interrupción temprana del tratamiento
• Malabsorción de los fármacos
• Interacciones con otros medicamentos.
En estos casos, el médico evaluará un segundo esquema de tratamiento con otra combinación de antibióticos, posiblemente con mayor duración o complejidad. Además, puede ser necesario revisar factores que estén interfiriendo, como la toma crónica de IBP, el uso de antiácidos sin control o condiciones médicas asociadas.
¿Qué hacer después del tratamiento para Helicobacter pylori?
Una vez confirmado que la infección se eliminó, es importante continuar cuidando la salud digestiva. En IGEA contamos con especialistas en Nutrición que pueden ayudarte con el cuidado de tu alimentación. Algunos consejos útiles:
• Evitar el uso innecesario de antibióticos
• No automedicarse con antiinflamatorios o antiácidos
• Consultar si reaparecen síntomas digestivos
• Mantener una alimentación equilibrada, baja en irritantes gástricos
En ciertos casos, si hubo gastritis o úlceras asociadas, el médico puede indicar tratamiento de mantenimiento con inhibidores de bomba de protones por un tiempo adicional.
En IGEA te acompañamos en cada etapa del tratamiento Contamos con médicos especializados en gastroenterología y nutrición, Si te diagnosticaron Helicobacter pylori o tenés síntomas digestivos que no mejoran, podemos ayudarte a encontrar el mejor camino para erradicar esta bacteria.