El sistema digestivo y el sistema nervioso están mucho más conectados de lo que solemos pensar. En los últimos años, la ciencia confirmó algo que muchas personas ya experimentaban: las emociones pueden impactar directamente en cómo funciona nuestro intestino.
En IGEA, el equipo de psicología trabaja en conjunto con gastroenterólogos, nutricionistas y otros especialistas para ofrecer un abordaje integral a cada paciente. Este acompañamiento psicológico es clave, especialmente en patologías digestivas crónicas o tratamientos prolongados.
¿Por qué se habla del “eje intestino-cerebro”?
Nuestro intestino tiene su propio sistema nervioso, conocido como “sistema nervioso entérico”. Se lo llama a veces el “segundo cerebro” porque puede funcionar de forma autónoma, aunque está en permanente comunicación con el cerebro central. Esta conexión, llamada eje intestino-cerebro, explica por qué emociones como el estrés, la ansiedad o la tristeza pueden provocar síntomas digestivos como acidez, náuseas, diarrea, constipación o sensación de opresión abdominal.

¿Cuándo puede ayudar la psicología en salud digestiva?
Existen varias situaciones en las que el acompañamiento psicológico puede marcar una diferencia real en el tratamiento y evolución de los pacientes:
1. Colon irritable (SII):
Es una de las condiciones donde más se evidencia la relación entre lo emocional y lo digestivo. El estrés o las preocupaciones pueden desencadenar o intensificar los síntomas.
2. Tratamientos para la obesidad (balón gástrico, cambios de hábitos):
Modificar la relación con la comida no es solo una cuestión de voluntad. Las emociones, la historia personal, la ansiedad o la frustración suelen estar presentes en los procesos de pérdida de peso, y requieren acompañamiento. Muchas veces los tratamientos psicológicos para la obesidad son abordados de forma similar a los tratamientos para adicciones, entendiendo la seriedad de la problemática.
3. Trastornos digestivos crónicos:
Vivir con dolor abdominal frecuente, ir al baño con urgencia o tener que seguir una dieta estricta puede generar malestar emocional, angustia o aislamiento social. La psicología puede ayudar a procesar estas emociones y sostener el tratamiento.
4. Adherencia a tratamientos prolongados: En casos donde el diagnóstico es reciente o el tratamiento requiere cambios de estilo de vida importantes, el apoyo emocional permite mejorar la adherencia, mantener la motivación y evitar recaídas.
¿Qué tipo de abordaje ofrece el equipo de Psicología de IGEA?
El enfoque es personalizado y se adapta a cada caso. Algunas personas necesitan un espacio para trabajar la ansiedad relacionada con los síntomas, otras buscan apoyo para sostener una dieta o plan de descenso de peso, otras para evitar rebotes o recaídas, y algunas simplemente necesitan ser escuchadas en un momento difícil.
Se utilizan herramientas de distintas corrientes de la psicología clínica, con un enfoque centrado en la persona y en sus objetivos terapéuticos. Además, al trabajar en conjunto con el resto del equipo médico, se puede ajustar el acompañamiento según la evolución clínica del paciente.
¿Cómo sé si debería consultar con un Psicólogo?
Podés considerar una consulta con el equipo de psicología si:
• Sentís que tus emociones influyen en tus síntomas digestivos.
• Te cuesta sostener un plan alimentario o de tratamiento.
• Estás transitando un diagnóstico reciente y necesitás acompañamiento.
• Experimentás ansiedad, angustia o malestar relacionados con tu salud digestiva.
La salud emocional es parte fundamental del bienestar digestivo.
En IGEA entendemos al paciente como un todo, y por eso ofrecemos un enfoque que va más allá de los síntomas físicos.
Consultá con nuestro equipo y descubrí cómo la psicología puede ayudarte a sentirte mejor, desde adentro hacia afuera.